¡Hola queridos compañeros!
Espero que a través de cada una de nuestras experiencias frente al grupo aportemos un granito para crecer como “seres de humanidad”. Después de leer el texto “La aventura de ser maestro” de José Manuel Esteve me hizo recordar cuando ingrese a la docencia -ya de pleno- el 21 de agosto de 1995; en ese tiempo experimente lo que es “ser profesor por ensayo y error”.
Tan universal y constante es la aparición de errores en el aprendizaje, que muchos docentes podemos considerarla como esencial en nuestro proceso; Con esta lectura puedo decir que, todo mi aprendizaje se ha venido desarrollando a través del ensayo, error y aciertos – esta última me atrevo agregarla pues no todo en mi desempeño como docente han sido tropiezos-. Al inicio de mi aventura personal como docente por el año del ´95, los errores imperaron en el transcurso del aprendizaje; tendía - en ese tiempo- ir acumulando cualquier nota que me sirviera a futuro para mis clases los atesoraba como algo muy valioso. Me angustiaba su perdida implícita de los ejercicios, lecturas, exámenes… Creía si los extraviaba ya no podría impartir mi clase y entonces, se verían al descubierto mis temores, inexperiencia, mis dudas, inseguridades… marcándome quizás como aquella atrevida persona que jugaba a ser profesora. No pensaba en la actualización constante a la que se somete la información – irónicamente, recuerdo cuando les comentaba a mis alumnos lo importante de avanzar y modificar para no estancarnos… el lenguaje, la comunicación… todos están en un constante cambio y cubren de esta manera las necesidades del hombre, les decía - Esos errores los fui eliminando poco a poco y fui sustituyéndolos por los aciertos – cursos, diplomados, capacitaciones- en virtud del esfuerzo del alumno orientado por el profesor. Enseñar sería entonces, ayudar a los alumnos a eliminar sus equivocaciones y sustituirlas por aciertos, asegurándoles un dominio progresivo de la materia. En todo caso, el hecho es que la aparición del error es una constante en la evolución del aprendizaje sistemático y que nosotros como profesores de “humanidad” debemos ser capaces de enfrentar su aparición, calificando los errores, identificando sus causas y corrigiéndolos de la manera más indicada y oportuna. Que no olviden que el maestro esta con ellos para ayudarles a aprender, a desarrollar su potencialidad, a satisfacer sus necesidades y a interactuar significativamente con quienes los rodean.
Comunicación e interacción
Este es uno de los problemas que nos enfrentamos la mayoría de las veces: La comunicación en el salón de clases; el diálogo que se establece entre profesor - alumno; alumno - alumno en una clase determinada. Rememoro el sin número de experiencias de comunicación que he tenido desde mi vida estudiantil hasta hoy como docente. Pienso en las veces en que el alumno se ha sentido motivado por las palabras de aliento que espera escuchar de su maestra; estamos en la búsqueda constante de ese maestro que nos escuche; cuantas veces hemos frustrado al alumno por el autoritarismo, y la falta de entendimiento que tenemos algunos profesores. Sin embargo, todas ellas son situaciones de relación interpersonal. Precisamente, el salón de clases es un espacio de relaciones intrapersonales, interpersonales y grupales, donde entran en juego los diversos marcos de referencia de las personas que propician muchas veces progreso y otras conflictos. Pero, ante esto, el maestro debemos surgir como una figura que propicia, promueve, media, y muchas veces más desorienta o conflictua la relación del grupo.
Disciplina
El tener un buen control en el salón de clases es indispensable para el aprendizaje, los estudiantes que no son disciplinados en su momento desperdician oportunidades para ellos mismos y a sus compañeros. La disciplina debe ser un esfuerzo común entre directivos, maestros y padres de familia.
Creo que el primer día de clase es el más importante ya que las primeras impresiones que tengan los alumnos de nosotros la tendrán en su mente todo el año escolar y quizás toda la vida.
Nos miraran por todos lados.
Observan la manera en que estas vestida.
Como te expresas
Quizás hasta nos pongan un sobre nombre
La disciplina en el salón de clase suele ser tan variable como nosotros los maestros, algunas veces, podemos sentirnos que sabemos todo, no le damos la oportunidad al estudiante a expresarse; otras veces somos imperiosos, prepotentes y queremos ganarnos el respeto a través de estas posturas; predominando en la clase el miedo y el desasosiego de los alumnos. Pienso que la enseñanza es eficaz cuando se realiza en un ambiente que propicie el entendimiento entre el alumno y el maestro. Los adolescentes necesitan guía y cuando no la tienen en sus hogares la esperan encontrar en sus maestros y la imagen que le transmita será de influencia durante toda su vida. Hoy en día las escuelas no deben conformarse con una enseñanza mediocre que cumpla muy vagamente con lo que la sociedad requiere, por tal motivo el maestro debe esforzarse para llenar las expectativas que el alumno espera.
El maestro debe lograr un buen control en el salón para tener el éxito.
Contenidos y niveles
“Ser maestros de Humanidad” esta frase me remite a los alumnos que por alguna situación no logran terminar sus estudios y quedan rezagados. Siento y creo que es mi deber como maestra ayudar a que los alumnos terminen con éxito sus estudios. Estoy conciente que la escuela propone elementos para una enseñanza sistematizada, “preocupada” por el alumno y sobre todo por los resultados “cuantitativos” y pocas veces “cualitativos” de los alumnos. Su utopía de una educación universal -en el sentido de enseñar todo a todos sin distinción por las diferencias personales-, adelanta criterios para la formación de un sistema escolar concreto.
Para lograr alumnos capaces de trascender y descubrir todo un universo que amplié sus fronteras de conocimiento, debemos redoblar esfuerzos y prepararnos en los diferentes ámbitos, permitiendo generar alternativas de formación, instrucción, enseñanza, capacitación, actualización, aprendizaje e información, que en la búsqueda de desarrollar integralmente al hombre, se socializa con la adquisición de conocimientos, desarrollo de habilidades y el aprehender actitudes, para ofrecer ambientes educativos de calidad que determinen a partir de la formación docente un mejor proceso en la enseñanza media superior.
Orgullo de ser profesor
En estos días en que he tenido la oportunidad de releer el texto de José Manuel Esteve; el cual supone para mí un afianzamiento en el sentimiento de orgullo y privilegio de la profesión que elegí: la de profesor. Pienso en los amigos, familiares, etc. que me preguntan sobre mi situación en la enseñanza, si me canso, si estoy arrepentida – por vivir lejos de la familia – a lo cual contesto con un “No” rotundo. Cada vez me siento muy orgullosa de la profesión que un día escogí. Y todo esto, al margen de lo que digan sobre nuestra tarea, sobre si estamos bien o mal pagados. La docencia es una vocación. Desde que empezamos a dar clases sabemos que- desde el punto de vista de la docencia como vocación- ya se es profesor. Lo que nos queda por delante, entonces, es profundizar en la calidad de nuestras clases y del trato con los alumnos. En la enseñanza se progresa en profundidad. Este progreso de nosotros como docentes es la tierra donde crecerá la humanidad de los alumnos, en conocimiento, en espíritu crítico y en sensibilidad. Es el progreso que debería ser reconocido por la sociedad y ámbitos. Creo que como profesionista debo procurar ejercer mi trabajo con cualidad técnica, con sensibilidad humana y sobre todo disfrutar de lo que hago.
Quiero compartir con ustedes apreciados compañeros la siguiente frase” La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”
Marco Aurelio
Silvia Corella
Espero que a través de cada una de nuestras experiencias frente al grupo aportemos un granito para crecer como “seres de humanidad”. Después de leer el texto “La aventura de ser maestro” de José Manuel Esteve me hizo recordar cuando ingrese a la docencia -ya de pleno- el 21 de agosto de 1995; en ese tiempo experimente lo que es “ser profesor por ensayo y error”.
Tan universal y constante es la aparición de errores en el aprendizaje, que muchos docentes podemos considerarla como esencial en nuestro proceso; Con esta lectura puedo decir que, todo mi aprendizaje se ha venido desarrollando a través del ensayo, error y aciertos – esta última me atrevo agregarla pues no todo en mi desempeño como docente han sido tropiezos-. Al inicio de mi aventura personal como docente por el año del ´95, los errores imperaron en el transcurso del aprendizaje; tendía - en ese tiempo- ir acumulando cualquier nota que me sirviera a futuro para mis clases los atesoraba como algo muy valioso. Me angustiaba su perdida implícita de los ejercicios, lecturas, exámenes… Creía si los extraviaba ya no podría impartir mi clase y entonces, se verían al descubierto mis temores, inexperiencia, mis dudas, inseguridades… marcándome quizás como aquella atrevida persona que jugaba a ser profesora. No pensaba en la actualización constante a la que se somete la información – irónicamente, recuerdo cuando les comentaba a mis alumnos lo importante de avanzar y modificar para no estancarnos… el lenguaje, la comunicación… todos están en un constante cambio y cubren de esta manera las necesidades del hombre, les decía - Esos errores los fui eliminando poco a poco y fui sustituyéndolos por los aciertos – cursos, diplomados, capacitaciones- en virtud del esfuerzo del alumno orientado por el profesor. Enseñar sería entonces, ayudar a los alumnos a eliminar sus equivocaciones y sustituirlas por aciertos, asegurándoles un dominio progresivo de la materia. En todo caso, el hecho es que la aparición del error es una constante en la evolución del aprendizaje sistemático y que nosotros como profesores de “humanidad” debemos ser capaces de enfrentar su aparición, calificando los errores, identificando sus causas y corrigiéndolos de la manera más indicada y oportuna. Que no olviden que el maestro esta con ellos para ayudarles a aprender, a desarrollar su potencialidad, a satisfacer sus necesidades y a interactuar significativamente con quienes los rodean.
Comunicación e interacción
Este es uno de los problemas que nos enfrentamos la mayoría de las veces: La comunicación en el salón de clases; el diálogo que se establece entre profesor - alumno; alumno - alumno en una clase determinada. Rememoro el sin número de experiencias de comunicación que he tenido desde mi vida estudiantil hasta hoy como docente. Pienso en las veces en que el alumno se ha sentido motivado por las palabras de aliento que espera escuchar de su maestra; estamos en la búsqueda constante de ese maestro que nos escuche; cuantas veces hemos frustrado al alumno por el autoritarismo, y la falta de entendimiento que tenemos algunos profesores. Sin embargo, todas ellas son situaciones de relación interpersonal. Precisamente, el salón de clases es un espacio de relaciones intrapersonales, interpersonales y grupales, donde entran en juego los diversos marcos de referencia de las personas que propician muchas veces progreso y otras conflictos. Pero, ante esto, el maestro debemos surgir como una figura que propicia, promueve, media, y muchas veces más desorienta o conflictua la relación del grupo.
Disciplina
El tener un buen control en el salón de clases es indispensable para el aprendizaje, los estudiantes que no son disciplinados en su momento desperdician oportunidades para ellos mismos y a sus compañeros. La disciplina debe ser un esfuerzo común entre directivos, maestros y padres de familia.
Creo que el primer día de clase es el más importante ya que las primeras impresiones que tengan los alumnos de nosotros la tendrán en su mente todo el año escolar y quizás toda la vida.
Nos miraran por todos lados.
Observan la manera en que estas vestida.
Como te expresas
Quizás hasta nos pongan un sobre nombre
La disciplina en el salón de clase suele ser tan variable como nosotros los maestros, algunas veces, podemos sentirnos que sabemos todo, no le damos la oportunidad al estudiante a expresarse; otras veces somos imperiosos, prepotentes y queremos ganarnos el respeto a través de estas posturas; predominando en la clase el miedo y el desasosiego de los alumnos. Pienso que la enseñanza es eficaz cuando se realiza en un ambiente que propicie el entendimiento entre el alumno y el maestro. Los adolescentes necesitan guía y cuando no la tienen en sus hogares la esperan encontrar en sus maestros y la imagen que le transmita será de influencia durante toda su vida. Hoy en día las escuelas no deben conformarse con una enseñanza mediocre que cumpla muy vagamente con lo que la sociedad requiere, por tal motivo el maestro debe esforzarse para llenar las expectativas que el alumno espera.
El maestro debe lograr un buen control en el salón para tener el éxito.
Contenidos y niveles
“Ser maestros de Humanidad” esta frase me remite a los alumnos que por alguna situación no logran terminar sus estudios y quedan rezagados. Siento y creo que es mi deber como maestra ayudar a que los alumnos terminen con éxito sus estudios. Estoy conciente que la escuela propone elementos para una enseñanza sistematizada, “preocupada” por el alumno y sobre todo por los resultados “cuantitativos” y pocas veces “cualitativos” de los alumnos. Su utopía de una educación universal -en el sentido de enseñar todo a todos sin distinción por las diferencias personales-, adelanta criterios para la formación de un sistema escolar concreto.
Para lograr alumnos capaces de trascender y descubrir todo un universo que amplié sus fronteras de conocimiento, debemos redoblar esfuerzos y prepararnos en los diferentes ámbitos, permitiendo generar alternativas de formación, instrucción, enseñanza, capacitación, actualización, aprendizaje e información, que en la búsqueda de desarrollar integralmente al hombre, se socializa con la adquisición de conocimientos, desarrollo de habilidades y el aprehender actitudes, para ofrecer ambientes educativos de calidad que determinen a partir de la formación docente un mejor proceso en la enseñanza media superior.
Orgullo de ser profesor
En estos días en que he tenido la oportunidad de releer el texto de José Manuel Esteve; el cual supone para mí un afianzamiento en el sentimiento de orgullo y privilegio de la profesión que elegí: la de profesor. Pienso en los amigos, familiares, etc. que me preguntan sobre mi situación en la enseñanza, si me canso, si estoy arrepentida – por vivir lejos de la familia – a lo cual contesto con un “No” rotundo. Cada vez me siento muy orgullosa de la profesión que un día escogí. Y todo esto, al margen de lo que digan sobre nuestra tarea, sobre si estamos bien o mal pagados. La docencia es una vocación. Desde que empezamos a dar clases sabemos que- desde el punto de vista de la docencia como vocación- ya se es profesor. Lo que nos queda por delante, entonces, es profundizar en la calidad de nuestras clases y del trato con los alumnos. En la enseñanza se progresa en profundidad. Este progreso de nosotros como docentes es la tierra donde crecerá la humanidad de los alumnos, en conocimiento, en espíritu crítico y en sensibilidad. Es el progreso que debería ser reconocido por la sociedad y ámbitos. Creo que como profesionista debo procurar ejercer mi trabajo con cualidad técnica, con sensibilidad humana y sobre todo disfrutar de lo que hago.
Quiero compartir con ustedes apreciados compañeros la siguiente frase” La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”
Marco Aurelio
Silvia Corella
1 comentario:
HOLA SILVIA
Lo prometido es deuda y aquí me tienes comentando tu blog. Se parece al que yo hice, creo que ocupamos el mismo diseño, por eso diremos que está padre.
Me atraen tus reflexiones sobre la aventura de ser maestro. Parece que en muchas partes aparece uno pintado en tus comentarios, ya se como maestro o ya de cuando fuimos alumnos.
Te he visto mucho en linea, haciendo tarea. Que bien. Eres muy dedicada y te felicito.
Que pases un excelente fin de semana.
Gracias
Publicar un comentario