sábado, 23 de mayo de 2009

Mi confrontación con la docencia


Cuando cursaba las penúltimas materias de la carrera “Literaturas Hispánicas” en la Universidad de Sonora, fui invitada por el Coordinador de la carrera -en ese entonces estaba al frente del Departamento la Lic. Rosa María Burrola- para implementar un taller de Literatura en una escuela primaria con un grupo de niños de “Capacidades y Aptitudes Sobresalientes”. De esa manera – pensé - podría ir avanzando con mi proyecto de tesis “El Cuento como Recurso Didáctico”.
Enfrente varios problemas, entre ellos y el principal fue llegar al salón de clases sin tener las bases metodológicas para saber enseñar; y más aún, con niños de ese grado, los cuales se aburrían con la medida estándar. Eso me hizo dedicarle más atención a la materia que nos impartiría la profesora Josefina de Ávila: “Pedagogía de la Educación”.
Contaba también con el apoyo de mi hermana, quién es profesora de preescolar, observaba como abordaba los temas y planeaba, así como los recursos que utilizaría en cada uno de ellos. Esto me sirvió mucho ya que pude llevar a buen término el curso que tanto me preocupaba.
Posteriormente, cuando termine mis estudios ingrese rápidamente a una institución relativamente nueva en el Estado de Sonora, CECyTES.
Fui seleccionada al igual que varios compañeros, que presentamos examen de oposición, para ser profesores fundadores del plantel Nogales el cual traería nuevas oportunidades de estudio a los alumnos egresado de secundaria de esa localidad.
A lo largo de este tiempo, casi todas – y digo casi, pues al inicio también impartí clases de inglés – la materias con las que trabajaba eran de acuerdo a mi perfil, como: Taller de Lectura y Redacción I y II, Métodos de Investigación I y II y, actualmente, Lectura, Expresión Oral y Escrita I y II.
En los trece años que tengo trabajando en esta institución, siento que he adquirido nuevas herramientas para desempeñar mi quehacer docente, ya que la diversidad de alumnado con la que contamos requiere de la actualización educativa continua, también he aprendido de mis aciertos y sobre todo de mis errores.
Hoy, reflexionando sobre el tema Mi Confrontación con la Docencia, me asombra descubrir lo que puedo lograr en el salón de clases: transformar la conducta, las acciones y perspectivas de un adolescente.
Me siento satisfecha, en formar alumnos que confíen en sus propios recursos y sientan plena confianza que serán útiles en el grupo social del que forman parte. Me es grato, encontrarme con ex-alumnos exitosos; y me aflige cuando observo que algunos alumnos no se comprometen al 100%; pero más, cuando alguno de ellos abandona sus estudios por razones económicas, por cambios de residencia –padres migratorios- o que pierden el rumbo de su vida con facilidad. Creo que siempre hay una solución a cualquier problema, solo hay que identificarlo, afrontarlo con juicio y tiempo.
Creo que la tarea del docente no termina con la clase del día. La necesidad de actualizarnos debe ser permanente, y sentir pasión y compromiso por lo que haces y enseñas.

Silvia Corella

2 comentarios:

Isela Gamboa dijo...

Silvia tengo mucha curiosidad por saber donde es el lugar de las fotografias y quiEn tomo tAan hermosas fotos.

Un saludo de Isela Gamboa

Silvia Moncerrat Corella Santacruz dijo...

Hola, Isela!
Coincido contigo de los hermosos paisajes que muestran las fotografías expuestas en el blog. Son excelentes. Desafortunadamente, no tengo la información de quien las tomo, ni de los lugares. Elegí estas de la edición en el formato del blog. Compañeros del colegio, me comentan que son lugares de Estados Unidos. Saludos.